El Proyecto Galileo debe buscar artefactos camuflados



En las terrazas de la Universidad de Harvard se está intentando probar que no estamos solos en el Cosmos. Avi Loeb dirige allí el Proyecto Galileo, una idea brillante que consiste en monitorear el cielo cercano las 24 horas del día, los 365 días del año, en espera de una UAP. Los objetos candidato serán registrados con la suficiente calidad para que cualquiera los pueda estudiar.

Dentro del proyecto se ha diseñado un programa con inteligencia artificial para descartar todo aquello que muestre una procedencia conocida, como un avión, un globo, un satélite o un meteorito. Si hay un artefacto con tecnología no humana, debe estar entre las cosas que no hayan atravesado el filtro. 

Por supuesto, el algoritmo también descartará al simple cielo despejado, en la certeza de que allí no hay nada que mirar... ¿Pero será realmente así? 

Si ciertamente nos visita tecnología extraterrestre, es evidente que está realizando acciones concretas para evitar presentarse abiertamente, porque si no las realizara, ya la habríamos detectado. No se trata de un nuevo supuesto; las visitas extraterrestres implican acciones para evitarnos.

Para eludir la presentación abierta, una tecnología extraterrestre debe desarrollar al menos dos acciones: 

  1. saber en todo momento dónde estamos y
  2. camuflarse

Las dos soluciones son tecnológicas. Ya hablamos de la posibilidad de un Gran Ojo montado para observarnos. Decimos ahora que también es posible el camuflaje.

Asociamos la invisibilidad con el mundo de la magia y la fantasía. El ideal de toda agencia de inteligencia es, justamente, esa magia de mirar y no ser visto, pero ¿es tan utópico alcanzar la invisibilidad?

Aunque parezca mentira ya hay una empresa canadiense desarrollando tecnología para la invisibilidad con usos militares. Se trata de Hyperstealth Biotechnology quien ya en 2019 había patentado un material llamado Quantum Stealth capaz de camuflar personas, tanques y aviones de un modo muy parecido a la invisibilidad.



No es consistente imaginar una tecnología que sea capaz de atravesar el espacio interestelar pero no pueda decidir a voluntad cuándo ocultarse y cuándo no, habida cuenta que nosotros ya tenemos tecnología para lograr cosas cercanas.

Si una inteligencia alienígena nos está visitando y ya dispone de la tecnología para camuflarse, entonces ya se está camuflando. No es un supuesto sino una  implicación: si nos visita, se camufla. Lo contrario sería suponer que dispone de una tecnología para los viajes espaciales pero aún no ha desarrollado nada parecido al Quantum Stealth. Absurdo.

La pregunta que sigue ya es evidente: ¿Está capacitada la inteligencia artificial del Proyecto Galileo para distinguir el cielo despejado de un objeto camuflado? Siquiera es necesario imaginar tecnología; simplemente preguntamos:

¿Puede la IA del Proyecto Galileo distinguir el simple cielo despejado de una nave extraterrestre escondida detrás de una lámina de Quantum Stealth a 15.000 metros de altura?

El hecho de que estos desarrollos se puedan encontrar en Internet revela que el ejército ya puede detectar objetos camuflados de esta forma. Esta técnica es, entonces, detectable. La pregunta es si el proyecto Galileo se ha preparado para detectarlo.

La perspectiva de una tecnología alienígena que se camufla ofrece dos costados apetecibles para la ciencia: por un lado, los artefactos no humanos pueden ser mucho más frecuentes que lo que sugiere la esporádica cadencia de avistamientos de UAPs; por el otro, abre la posibilidad de que una tecnología alienígena esté funcionando en la Tierra de un manera permanente y no aleatoria. 

El Proyecto Galileo debe asegurarse  que un artefacto camuflado con la tecnología existente pueda ser detectado como posible candidato por su IA. No es una elección, no estamos diciendo que si no lo hacemos solo podremos detectar a la tecnología alienígena que no se oculte. No. Si existe una inteligencia que nos visita, entonces se oculta. Si no podemos ver detrás de la lámina, no detectaremos nada que no se muestre adrede.

Más aún, debemos pensar que las técnicas de camuflaje deben ser más avanzadas que el Quantum Stealth.  ¿Siempre habrá una forma dedetectarlos? ¿Cómo lo haríamos?

Lo que buscamos podría ser muy diferente a lo que hay. Podríamos estar buscando artefactos esporádicos y tratarse en realidad de una estructura alienígena permanente que simplemente se oculta.

Llegados a este punto, el lector puede preguntarse qué sentido tiene buscar alienígenas tecnológicos si estamos suponiendo que dominan la técnica para que no los veamos. Hay dos respuestas:

  1. Existen sospechas de que algunos sí los vieron
  2. Solo podemos deducir que evitan un contacto masivo, y para evitarlo no hace falta un camuflaje perfecto.

Ignoramos si ya tenemos la tecnología necesaria para detectar un camuflaje avanzado, pero sin duda podemos hacer mucho más con la tecnología que sí tenemos. 

El Proyecto Galileo es un excelente camino experimental; y si no encuentra lo que busca no debe abortar sino mejorar y seguir buscando. 




Licencia Creative Commons
El Proyecto Galileo debe buscar artefactos camuflados por Cristian José Caravello se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://civilizacionestecnologicasestables.blogspot.com/p/el-proyecto-galileo-debe-buscar-objetos.html.

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