Un encuentro planeado

 


Mt 24:14 "Esta Buena Nueva del Reino será proclamada en el mundo entero, y todas las naciones oirán el mensaje; después vendrá el fin."


Recientemente, un estudio  estimó que la máxima probabilidad de que nuestra galaxia produjera civilizaciones tecnológicas se habría dado hace 5.800 millones de años en una zona anular a 12.000 años luz del centro galáctico [1].    Un trabajo posterior [2] sugirió que las civilizaciones capaces de convivir con una tecnología poderosa pueden presentar una inconmensurable longevidad.    Si ambas cosas son ciertas, entonces las civilizaciones tecnológicas estables deben estar acumulándose desde hace mucho tiempo; y en ese caso, existe una probabilidad muy alta de que la Tierra esté siendo visitada por civilizaciones tecnológicas extraterrestres desde hace mucho, a tal punto que sería extraño que no las hubiera.

Si una tecnología no humana nos visita, entonces nos evita deliberadamente pues si no lo hiciera ya la habríamos visto. Para evitarnos necesita monitorear dónde estamos en cada momento [3] y camuflar los objetos que utiliza. Ambas capacidades son tecnológicas.

Tradicionalmente la búsqueda de una tecnología alienígena en nuestro cielo cercano se limitó a esperar la ocurrencia de avistamientos extraños e investigarlos luego de ocurrir. En julio de 2021, en la Universidad de Harvard, el Proyecto Galileo inauguró una nueva forma de buscar. Se instalaron telescopios en las terrazas de la universidad, se automatizaron las vigilias y se entrenó una IA para revisar sistemáticamente los resultados, descartar objetos conocidos y dejar a disposición de los investigadores sólo los fenómenos anómalos de nuestro cielo cercano. Una idea brillante que, no obstante, puede fracasar si los artefactos de tecnología extraterrestre están camuflados y la IA solo estuviera entrenada para pronunciarse sobre objetos visibles.  Para salvar este aspecto, este autor propuso al director del Proyecto Galileo, Avi Loeb, en un artículo primero y en un mail después, buscar artefactos camuflados, al menos como nosotros mismos ya podríamos camuflarlos.

El Proyecto Galileo es el inicio de una metodología de búsqueda activa capaz de producir resultados de calidad científica; pero no será el primero ni el mejor. Solo será el inicio de una saga científica que se expandirá hacia otros centros de investigación, donde la búsqueda de artefactos camuflados tal vez sea solo una posibilidad entre varias.


Ya saben que los veremos

En el supuesto de que nos visiten, puede parecer contradictoria la idea de que mientras ellos intentan evitarnos, nosotros intentemos verlos. ¿Quién ganará la pulseada? ¿No los veremos nunca o finalmente detectaremos su presencia? Nosotros no sabemos la respuesta porque no sabemos cómo se camuflan, pero ellos sí podrían saberla porque son los que se están camuflando. Si yo sé como camuflarme para que no me veas, también sabré que deberías hacer par verme efectivamente.

Si ver a un objeto camuflado solo depende de desarrollar tecnología de detección, entonces tarde o temprano todo objeto camuflado será visto.  Y quien disponga de una tecnología para camuflarse también debe saber que si aquello de lo que se esconde está desarrollando tecnología, entonces no podrá esconderse por siempre. La consecuencia es obvia: Tarde o temprano la humanidad probará que está siendo visitada. Y la consecuencia de la consecuencia es un tanto intrigante: Dado que son inteligentes, los visitantes deben saber que finalmente probaremos su existencia.

Si una estructura tecnológica quisiera evitar por siempre que la veamos, debería eliminarnos definitivamente o someternos por siempre para que no desarrollemos tecnología. Nada de eso está cerca de ocurrir y la mayor amenaza contra nosotros somos nosotros mismos.  Entonces la pregunta es simple: Si nos evitan ahora ¿por qué no están evitando que los lleguemos a ver alguna vez? ¿Por qué no impiden que sepamos que existe un "reino" en el cielo con una tecnología suficientemente poderosa para llegar hasta aquí y camuflarse?

La única respuesta que se nos ocurre es más simple que la pregunta: El objetivo no es que los veamos sino que desarrollemos la capacidad de verlos. Y esa capacidad es tecnológica. 


La imagen anterior es el ejemplo perfecto. La madre podría desplazarse hasta el niño y abrazarlo, pero no se mueve, lo espera. El objetivo de la madre no es abrazar al niño sino que el niño aprenda a caminar. Aún así, esperar al niño es distinto que ignorarlo, es una actitud activa y expectante; la madre no va hasta el niño, pero está compenetrada en que el niño venga.

La única forma de entender a alguien que nos esquiva aún sabiendo que finalmente lo encontraremos es asumir que su objetivo es que lo encontremos después de buscarlo (y no antes). Y si buscarlo depende de nuestro desarrollo tecnológico,  su  objetivo es que sepamos de su existencia sólo después de desarrollar cierto nivel tecnológico. Pensar que ya tenemos esa tecnología es pensar que ese umbral tecnológico es casualmente el que alcanza para fabricar un arsenal nuclear. Es curioso, la misma tecnología que nos permitiría ver un "reino en el cielo" es la que nos obliga a abandonar la guerra como método para solucionar conflictos.

No sabemos si ya tenemos la tecnología umbral, pero la búsqueda activa de artefactos no humanos en el cielo cercano recién ha comenzado.


La inteligencia militar y las UAPs

Solemos pensar que la ciencia abierta es muy superior a los eventuales esfuerzos análogos de la inteligencia militar. Esto es cierto en la inmensa mayoría de los casos: difícilmente el estado comisione a su agencia de inteligencia para que contrate científicos que descubran una cura para el cáncer de mama.  Sin embargo, si el tema de investigación es sensible a los intereses militares, entonces la ciencia clasificada puede ser superior a la ciencia abierta porque la primera se puede nutrir de la segunda pero la segunda no puede conocer a la primera. Además la investigación clasificada tendrá mucha más financiación porque puede incorporarse al presupuesto de Defensa y los recursos militares suelen ser mayores que el financiamiento científico. 

Uno de los aspectos donde debemos esperar que la ciencia oculta esté más desarrollada que la ciencia abierta es el control del espacio aéreo. Esto incluye la tecnología para desplazarse por el espacio, para camuflar objetos en el espacio y para detectar objetos camuflados por otros. El control del espacio confiere tal supremacía frente a naciones adversarias que justifica toda inversión y todo desarrollo. Es impensado que no hubiera desarrollos clasificados en ciencia y tecnología tendientes a establecer ese control.

En el intento por dominar el espacio aéreo, un organismo militar podría dar con la detección de artefactos camuflados no identificados. Esos artefactos que la ciencia formal busca ya podrían haberse hallado en alguna repartición militar porque la tecnología que busca enemigos camuflados también podría detectar objetos camuflados desconocidos. El control del espacio aéreo es un aspecto donde la investigación y el desarrollo militar podrían estar un paso adelante respecto a la ciencia abierta

Como no conocemos el contenido de la información clasificada, no sabemos si estos hallazgos fueron realizados ya, pero sí sabemos que la verdadera razón por la cual se oculta información respecto a los UAPs no es la protección de la opinión pública ante el conocimiento de que no estamos solos sino el ocultamiento de pistas dadas al enemigo sobre las propias capacidades tecnológicas. Sabemos esto porque ha sido explicitado por funcionarios del gobierno de los EEUU. En un pleito sobre la liberación de información clasificada acerca de las UAPs propovido por The black Vault, Gary Cason, Director Adjunto de la Oficina del Programa DON FOIA/PA manifestó:

“La divulgación de esta información dañará la seguridad nacional, ya que puede proporcionar a los adversarios información valiosa sobre las operaciones, vulnerabilidades y/o capacidades del Departamento de Defensa/Marina. No se pueden segregar partes de los videos para su publicación”  [3]

La información sobre artefactos no humanos en el cielo podría conocerse y estar clasificada para no revelar las capacidades de detección al adversario. 

Pero el secreto también es transitorio. Si la ciencia abierta detecta artefactos alienígenas en las inmediaciones, algunas agencias de inteligencia no tendrán más remedio que admitir que ya las llevan viendo hace un tiempo.

Los actores privados que están financiando ciencia formal en la detección de tecnología extraterrestre podrían propiciar y sostener también programas de búsqueda abierta basados en sistemas de observación global de la Tierra.


Conclusiones

Ya disponemos de la tecnología para buscar abiertamente objetos tecnológicos no humanos en el entorno cercano a la Tierra. Si una inteligencia extraterrestre ciertamente nos visita, entonces nos está evitando transitoriamente porque sabe que finalmente la veremos. Su posición no parece de resignación frente a un hecho inevitable sino de expectativa ante un encuentro planeado.

La tecnología necesaria para buscar artefactos exógenos en el cielo es similar a la que nos permite construir armas peligrosas para la civilización. Si alguien espera que lo veamos, ya debe saber que la tecnología necesaria es potencialmente autodestructiva.

Mucho antes y más intensamente que la ciencia, la inteligencia militar podría haber hallado ya grandes objetos camuflados en el cielo. Esto es posible pero no se ha confirmado nada parecido. Una confirmación al respecto pondría en evidencia capacidades militares propias ante los adversarios.

Las actividades de búsqueda activa de tecnología extraterrestre en el cielo cercano pueden estallar precisamente ahora, y las instituciones y personas que financian este tipo de búsquedas escuchando lejanos mensajes de radio y láser pueden reordenar el flujo de recursos e interesarse en una búsqueda más cercana y promisoria.

Si ciertamente nos visita una tecnología extraterrestre, desde el punto de vista alienígena, es un encuentro planeado. Desde nuestra perspectiva, es un encuentro inminente... Y tal vez, como dice la cita, una buena noticia.





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[1] Xiang Cai1, Jonathan H. Jiang, Kristen A. Fahy , Yuk L. Yung (2020) A Statistical Estimation of the Occurrence of Extraterrestrial Intelligence in the Milky Way Galaxy Galaxia, 9 (1), 5; https://doi.org/10.3390/galaxies9010005
[2] Jason T. Wright1, Jacob Haqq-Misra, Adam Frank, Ravi Kopparapu, Manasvi Lingam, and Sofia Z. Sheikh. (2022) The Case for Technosignatures: Why They May Be Abundant, Long-lived, Highly Detectable, and Unambiguous. The Astrophysical Journal Letters, Vol 927 Number 2

[3] Greenewald, John (2022). U.S. Navy Says ALL UAP/UFO Videos Are Classified And Exempt From Release. Consultado el 4/11/2022 en https://www.theblackvault.com/documentarchive/u-s-navy-says-all-uap-ufo-videos-are-classified-and-exempt-from-release

Licencia Creative Commons
Un encuentro planeado por Cristian José Caravello se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.

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