sábado, 9 de mayo de 2020

1.3 Una teoría exocultural

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Astrobiología y Exocultura

Si bien la astrobiología es la ciencia que estudia las posibilidades de vida fuera de la Tierra; en la literatura existente, tanto la vida como las especies tecnológicas se estudian dentro de la astrobiología. Pero el estudio de la tecnología en el cosmos debe abordar un área demasiado específica de la astrobiología, y ni los métodos empleados ni las ciencias de apoyo subsidiarias parecen ser las mismas para una y otra ciencia. Ambas dependen de la astronomía, pero mientras la astrobiología está muy ligada a la biología, la bioquímica y la genética; el estudio de las civilizaciones tecnológicas debe preguntar qué sistema de distribución de recursos debería adoptar una civilización para durar un millón de años o cuál es su modelo económico o cuáles son sus sistemas de organización política o cómo son los individuos de la especie inteligente. Entonces nos encontraremos revisando áreas del saber muy lejanas a la astrobiología. 
Nosotros proponemos una ciencia separada de la astrobiología que estudie la posibilidad de existencia de las especies con inteligencia, cultura y tecnología fuera de la Tierra. A esta ciencia la llamaremos exocultura. Del mismo modo como el concepto de astrobiología es equivalente al de exobiología y significa, literalmente “biología externa”, nosotros llamamos “exocultura” a esta ciencia que proponemos, porque literalmente significa “cultura externa”. Hablamos de cultura en lugar de hablar inteligencia o tecnología porque, pese a que todas estas características resultan de la evolución genética, la cultura puede fundar un nuevo sistema evolutivo [1] mientras la inteligencia o la tecnología no pueden hacerlo. Esto será importante después. Por ahora observemos que un mundo con vida tiene dentro un sistema evolutivo: el sistema genético; y un mundo con una civilización inteligente, tiene dos sistemas evolutivos: el sistema el genético y el cultural. Mientras la astrobiología estudia las posibilidades de  mundos que tienen un sistema genético; la exocultura debe estudiar aquellos mundos que tienen dos sistemas evolutivos: el genético y el cultural, cuyos nuevos derivados principales son la cultura, la inteligencia y la tecnología (Fig.1). Esto quedará claro más adelante, cuando describamos la evolución cultural.

Figura 1
Pese a que la inteligencia es un desprendimiento de la vida, la exocultura y la astrobiología deben ser ciencias diferentes, del mismo modo como la cosmología es un desprendimiento de la astronomía; como lo artificial es un desprendimiento de lo natural. En adelante hablaremos de la exocultura para referirnos a la ciencia que busca tecnología extraterrestre.

Evidencias exoculturales
Una de las tareas de la exocultura consiste en buscar pruebas de tecnología fuera de la Tierra. Pero ¿qué cosa sería una prueba de que existen civilizaciones allí afuera?
Hay cuatro canales por los cuales nos puede llegar evidencia. Si, por ejemplo, recibiéramos una foto de un edificio de departamentos, proveniente de una sonda que está pasando por Ganímedes, diríamos que tenemos algo ¿Verdad? Este es el primer canal de búsqueda. En general, es posible que alguna sonda lanzada desde la Tierra nos revele por medio de fotografías, la presencia de construcciones inequívocamente inteligentes en la superficie de algún planeta o satélite de nuestro sistema solar. Ya hemos enviado sondas a los confines del sistema solar y ninguna foto ha revelado hasta ahora la posible existencia de este tipo de construcciones. Además, este mecanismo solo serviría dentro del sistema solar, porque no podemos sacar fotos de la superficie de planetas extrasolares. Y la inmensa mayoría de los planetas de nuestra galaxia son extrasolares.
La segunda vía es el hallazgo de señales provenientes del espacio exterior, de similares características a las que nosotros producimos aquí y que evidencien contener un mensaje artificial. Esto es exactamente lo que está haciendo SETI.
La tercera vía experimental consiste en la búsqueda de tecnomarcadores, es decir, evidencias físicas que solo puedan provenir de una fuente tecnológica en el espacio. La idea es equivalente a la búsqueda de firmas biológicas, pero aquí no importa la base molecular de la vida sino la capacidad de una civilización de dejar evidencia detectable, como señales de radio,  atmósferas contaminadas, satélites artificiales en órbita o megaestructuras instaladas. Es muy difícil que este tipo de evidencia deje pruebas concluyentes, pero cualquier elemento que acerque pruebas, aún controvertidas, es importante. Incluso la NASA se ha mostrado interesada, porque cada vez resulta más evidente que el universo es demasiado vasto para estar vacío [2].
La cuarta vía  de exploración tiene dos modalidades. Por un lado existe la posibilidad de que una civilización extraterrestre establezca un contacto abierto con nosotros. Si este fuera el caso, es claro que estaríamos frente a una evidencia, pero para obtenerla solo tenemos que sentarnos a esperar. Y ese es un problema para la ciencia. Mientras que durante las modalidades anteriores, la prueba era consecuencia de un trabajo experimental, sistemático, repetible y efectuado bajo condiciones controladas; ahora la prueba es eventual y no depende de nosotros. Una prueba concluyente es capaz de convencer al más obstinado de los disidentes racionales. Es fundamental comprender esto antes de salir a pelear contra el mundo. El reporte formal de avistamientos de OVNIs es muy abundante, pero que una persona afirme que ha visto esto o aquello, no constituye una prueba concluyente porque podría tratarse de un fraude intencional o la persona podría haber visto una cosa y creer honestamente que ha visto otra. Los avistamientos no son repetibles. Para que un contacto sea una prueba concluyente, es necesario que se trate de un contacto abierto y lo suficientemente prolongado para que pueda ser registrado. Estos registros conformarán la evidencia fáctica que buscamos. Por eso, un contacto es abierto cuando deja registros, evidencias inequívocas  de su existencia.
La segunda modalidad de este cuarto canal de búsqueda es el caso en que una civilización inteligente nos hubiera visitado en el pasado. La modalidad es distinta que un contacto abierto porque ahora debemos hacer cosas distintas. Hace 2.000 o 3.000 años atrás, por ejemplo, no podía existir un contacto abierto en los términos en que lo hemos descrito, porque no existían medios como registrarlo unívocamente. Sin embargo, sí podría existir un contacto asiduo y prolongado entre la civilización tecnológica y la cultura local. Si ese hubiera sido el caso, habría dejado huellas en nuestra cultura. Y si las huellas dejadas fueran demasiado profundas, la presencia de una pata detrás de la huella sería demasiado evidente. Esas huellas podrían constituir la prueba que buscamos. Entonces, la exocultura debe revisar la presencia o ausencia de pruebas en el pasado. Esto es fundamental porque el pasado es mucho más extenso que el presente y constituye casi todo lo que tenemos para explorar en este cuarto canal de búsqueda.

Teorías exoculturales
Naturalmente, además de buscar evidencias es función central de la exocultura elaborar teorías que nos indiquen qué buscar.
¿Cuánto tiempo hace que podría existir la vida inteligente en el universo? ¿Y cuánto tiempo puede sobrevivir la tecnología luego de originarse? ¿Es posible que una civilización pueda lograr la suficiente estabilidad para perdurar millones de años? ¿Cuáles son las condiciones que debe cumplir para alcanzar esa estabilidad? ¿Cuáles son las posibilidades tecnológicas para una civilización inteligente? ¿Cuál puede  ser la relación entre unas y otras civilizaciones tecnológicas suponiendo que establecen contacto?
Cada conjunto de respuestas a estas y otras preguntas análogas constituirá una teoría exocultural, y será tanto más creíble cuanto más argumentada esté, cuanto más integral sea su estructura y cuanto más cosas pueda explicar. Pero además, contar con una teoría es fundamental a la hora de orientar la búsqueda de evidencias.
Todos los aportes que hemos expresado en la entrada anterior son teorías exoculturales previas, porque no buscan solo mundos con vida sino civilizaciones inteligentes.
En las entradas que siguen desarrollaremos una teoría exocultural. Lo que expondremos será una visión del modo cómo la inteligencia, la cultura y la tecnología podrían estar implantadas actualmente en el cosmos. No es una presentación general de la exocultura como ciencia sino una teoría específica sobre el tópico. Además, mostraremos evidencias en apoyo a esa teoría. Creemos firmemente que así han sido las cosas porque nuestro “credo” se basa en evidencia.




[1] Dawkins, Richard. (1985). El gen egoísta. Salvat Editores S.A.
[2] https://www.nasa.gov/feature/nasa-is-taking-a-new-look-at-searching-for-life-beyond-earth


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1.3 Una Teoría Exocultural por Cristian J. Caravello se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.

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